Conciertos entre vecinos
Si de algo nos estamos dando cuenta durante este confinamiento es que la capacidad imaginativa de las personas no tiene límites y que la música, como arte universal, consigue hacer cosas mágicas. En Barcelona, y -en concreto- en L’Eixample, lo estamos experimentando de una forma particular. Los patios que encierran las históricas manzanas de este barrio han vivido estos días algo que, seguramente, no había ocurrido nunca antes.
Diariamente, cuando cae la noche, a las ocho en punto, los balcones empiezan a llenarse de vecinos que comparten un largo aplauso solidario para homenajear al personal sanitario. Al cese de esas palmas, se produce la magia. Ya sea a capela, con la ayuda de instrumentos o con un simple altavoz, la música empieza a ocupar ese enorme hueco entre edificios que era antes el patio. Entre gritos de ánimos y bailes que quieren sobrepasar las barandillas, los vecinos comparten un canto de alegría que, a pesar de durar unos instantes, les recuerda que no están solos en esto.
L’Eixample, foco cultural en la cuarentena
“Hoy he salido al balcón porque tenía la necesidad de cantar. Juntos saldremos de esto, unidos somos más fuertes y volveremos por todo lo alto”. Este es el mensaje que mandaba la cantante Ruth Lorenzo a sus vecinos antes de empezar un pequeño concierto en un patio del Eixample de Barcelona. La murciana deleitó a sus vecinos con la famosa aria ‘Nessun dorma’ de la ópera Turandot de Puccini y estos respondieron llenando de aplausos el vecindario, como se observa en el vídeo.
En estos tiempos difíciles tenemos que poner nuestro pequeño rayito de luz. Un poco de esperanza y alegría para afrontar esto con fuerza.
Hoy @RuthLorenzo lo ha hecho con música, algo que traspasa cualquier barrera y solo nos recuerda lo bonito que es sentir#YoMeQuedoEnCasa pic.twitter.com/JnKwgZ1EGH— Ruth Lorenzo Daily (@RLorenzoDaily) March 18, 2020
Imágenes parecidas a esta se han estado repitiendo en los últimos días por toda la ciudad, especialmente en patios comunes del Eixample como el que comparte Ruth con sus vecinos. Quizás por la “intimidad” que propicia ese tipo de espacio, aislado de aquello “externo”, cualquier muestra de solidaridad en forma de música en los patios de este barrio en particular se convierte en un acontecimiento cultural sin igual.
Ópera solidaria desde el balcón
En otro patio interior del Eixample se grabó uno de los vídeos más virales desde que empezó la cuarentena. En él se aprecia a la soprano barcelonsa Begoña Alberdi emocionando a los vecinos de su manzana. “Salimos con mi marido el primr día de los aplausos para reconocer el trabajo de personal sanitario y la situación fue tan emocionante que sentí la necesidad de cantar”, explicaba la cantante. Así, sin saber el alcance que tendría su iniciativa, Alberdi se dispuso a cantar el aria “Oh, mio babbino caro” de Puccini, a capela y sin calentar.
La respuesta de los vecinos fue impresionante y desde los balcones le aplaudían y pedían “¡Mañana más!”. De eso tratan ese tipo de iniciativas, de superar juntos la angustia y dar esperanza. Estos emotivos momentos suponen un leve alivio en unos días de extrema dificultad que castiga a la población y, en efecto, también a los músicos, que se han visto obligados a cancelar múltiples conciertos, funciones y recitales.
El origen de L’Eixample
Como apuntábamos, una de las claves para entender el éxito y la magia que se desprende de estos conciertos improvisados entre vecinos en el Eixample es la intimidad que generan esos patios interiores. Hasta ahora espacios casi ignorados para los que los compartían, se han convertido en plateas que nada tienen que envidiar a los grandes teatros. Pero, ¿cuál es el origen de esos huecos escondidos dentro de las manzanas de este famoso barrio de Barcelona?